Seguro que más de una vez has disfrutado de unas ricas conservas y, al terminar, te has preguntado: ¿y ahora, dónde tiro la lata? 🤔
La respuesta es muy sencilla: las latas de conserva, como las de berberechos, van siempre al contenedor amarillo.
¿Por qué al amarillo?
Porque este contenedor está destinado a envases metálicos, plásticos y briks. Las latas de conserva, al ser de acero o aluminio, pueden reciclarse al 100% y transformarse en nuevos productos: desde piezas de bicicleta hasta nuevos envases.
Cada lata reciclada ahorra una gran cantidad de energía y recursos naturales, además de reducir la contaminación.
Buenas prácticas de reciclaje
- Vacía la lata antes de tirarla (no hace falta lavarla).
- Separa la tapa metálica y tírala también al amarillo.
- El cartón del embalaje (si lo tiene) va al contenedor azul.
- Nunca tires las latas al contenedor orgánico ni al de resto.
Desde Mirada Circular te animamos a que sigas preguntando y cuestionándote dónde va cada residuo. Muchas veces no separamos bien, no por falta de interés, sino por desconocimiento. Por eso, informarse y aprender es clave para mejorar la gestión de nuestros residuos.
Cada pequeño gesto cuenta y, con tu ayuda, podemos lograr un futuro más sostenible.